Percanta que me amuraste en lo mejor de mi vida, dejándome el alma herida y espina en el corazón. Sabiendo que te quería, que vos eras mi alegría y mi sueño abrasador, para mí ya no hay consuelo y por eso me encurdelo pa' olvidarme de tu amor.
Cuando voy a mi cotorro y lo veo desarreglado, todo triste, abandonado, me dan ganas de llorar; me detengo largo rato campaneando tu retrato pa' poderme consolar.
Ya no hay en el bulín aquellos lindos frasquitos arreglados con moñitos todos del mismo color. El espejo está empañado y parece que ha llorado por la ausencia de tu amor.
De noche, cuando rne acuesto no puedo cerrar la puerta, porque dejándola abierta me hago ilusión que volvés. Siempre llevo bizcochitos pa' tomar con matecitos como si estuvieras vos, y si vieras la catrera cómo se pone cabrera cuando no nos ve a los dos.
La guitarra, en el ropero todavía está colgada: nadie en ella canta nada ni hace sus cuerdas vibrar. Y la lámpara del cuarto también tu ausencia ha sentido porque su luz no ha querido mi noche triste alumbrar.
Música: Samuel Castriota Letra: Pascual Contursi
Gardel grabó por primera vez Mi noche triste en 1917 con el único acompañamiento de la guitarra de José Ricardo, y luego, superándose notablemente, el 24 de abril de 1930, con las guitarras de Guillermo Barbieri, José María Aguilar y Domingo Riverol. Entre las versiones más logradas está la de Aníbal Troilo, en 1949, con su orquesta y la voz de Edmundo Rivero.
Extraído de: Cien tangos fundamentales, de Oscar del Priore e Irene Amuchástegui.
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