sábado, 16 de agosto de 2008

Como en un espejo


Gracias a mi amigo Horacio que me la obsequió, volví a ver la maravillosa obra de Bergman: ”Como en un espejo”, del año 1961. Fue premiada con el Oscar a la mejor película extranjera cuando lo obtuvo “West Side Story” y también Sophia Loren por “Dos mujeres”.
El tema de la película es recurrente en Bergman: el vacío en el que se encuentra el ser humano ante la más que dudosa existencia de Dios.
El título procede de esta cita: "Pues ahora vemos de un modo oscuro, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco sólo de modo fragmentario; pero luego conoceré así como soy conocido." (Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios).
Los personajes: un padre (Gunnar Björnstrand), su hijo (Lars Passgard), su hija (Harriet Andersson) y su yerno (Max von Sydow); aunque destaca especialmente Harriet Andersson.
La fotografía en blanco y negro de Sven Nykvist es impecable, acentúa el drama y la angustia de los personajes, así como el posible valor simbólico del mar, la ventana, el barco encallado, la habitación vacía… Y la suite N° 2 de Bach, sublime.
Una gran película, muy recomendable porque nos hace reflexionar sobre temas de gran envergadura. Es de una belleza visual indiscutible y tiene unos actores en estado de gracia. Todo ello, no lo olvidemos, con la batuta del gran Ingmar Bergman.

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