viernes, 28 de agosto de 2009

Herencia a medias.


Herencia a medias.

Un padre que tenía tres hijas quiso dejarles dones y posesiones con toda justicia porque sentía que pronto moriría. Y por justo lo habían conocido.
A la hija mayor le dejó sus sueños, porque es la que nació con los mejores ideales que él había tenido en su juventud.
A la hija mediana dejó sus posesiones y riquezas porque las hizo en el tiempo que ella nació.
La menor recibió el don de la convivencia, pues él había aprendido a convivir para entonces. Fue humilde, sencilla y afectuosa.
Este padre justo se murió, creyendo que había hecho bien el reparto. Pero no tuvo en cuenta una cosa: que los sueños solos son estériles, las riquezas solas deshumanizan y la humildad sola es malentendida.
Se olvidó recomendarles que compartieran la herencia. Y ahí están las tres, tratando de aprender a compartir.


Amanda Vistuer

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