Tardes de sol
en cualquier parte
menos en el patio de la escuela.
Aquel músculo dormido,
la neurona confiscada
en el sitio más oculto,
el proyecto abandonado
a la buena de dios
y del diablo.
Las palabras irreverentes,
nuevas, fundantes,
restauradoras, definitivas.
La respiración profunda,
digestiones, caminatas,
lecturas, desasosiegos,
la mirada inteligente,
y sin querer … un dolor.
Amanda Vistuer
30 de junio de 2008
2 comentarios:
Me encanta.
Amanda: Charlame un rato, dale.
Asomate al fondo de tu casa.
No se compara el fondo de mi casa con el monte de eucaliptus. Me puede la imagen y el perfume. Te agradezco que te guste mi humilde poema.
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