En el archipiélago de San Blas, en Panamá, los indígenas kuna recuerdan una vieja leyenda: Kikardiryai, hermana del profeta Ibeorgun, bajó del cielo para enseñar a las mujeres a confeccionar las Molas que, cubiertas con diseños del tiempo mítico, forman parte de su vestimenta. Hoy en día, la Cooperativa Kuna-Yala agrupa a más de 2000 mujeres de catorce comunidades cuya sabiduría guarda los secretos de la artesanía tradicional.
La Mola representa la forma cómo la mujer Kuna ve y siente el mundo; en sus laberintos muestra el difícil camino hacia Dios, y las aparentes simetrías o repeticiones reflejan la dualidad de la vida ...
El origen de las Molas proviene de la pintura del cuerpo (tatuajes) que luego fue transferida a la tela.
Las Molas son hechas completamente a mano, varias capas de tela (usualmente de 2 a 7) de diferentes colores, son cosidas juntas. El diseño es luego formado al cortar diferentes partes de cada capa. Los bordes de las capas son luego cosidos. Las Molas más finas tienen un cosido extremadamente fino, en estos casos, se utilizan agujas muy pequeñas y delgadas. Varían en calidad, y el precio varía de acuerdo a esto. Un gran número de capas es un signo de alta calidad. La calidad del cosido también es un factor importante; en las mejores Molas las puntadas son casi invisibles. Pueden tomar desde unas semanas hasta 6 meses para ser confeccionadas, dependiendo de la complejidad del diseño.
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