Edith Giovanna Gassion nació en una calle parisina el 19 de diciembre de 1915 y abrió los ojos a un mundo de sombras, hostil e inmisericorde. Demasiado pobres para mantenerla, sus padres la fueron dejando al cuidado de sus abuelas. Buena parte de su infancia transcurrió en el burdel que regentaba su abuela paterna, donde recibió el cariño y las atenciones de las prostitutas. Pero su destino parecía estar sentenciado a las pérdidas. Pronto su padre la separó del único ambiente en el que había sido feliz y comenzó para ella una vida ambulante, época en la que se reveló el don de sus cuerdas vocales. Ya la pequeña Edith había descubierto el que sería su medio de vida, primero en las calles, y después en escenarios cada vez más selectos.
Una película dura y conmovedora de Olivier Dahan, que nos cuenta la vida de Edith Piaf; a veces patética, a veces de desmesurada felicidad, pero siempre intensa. Podría decirse de ella que conoció el infierno, pero también tocó el cielo con las manos.
Impresionante Marion Cotillard, excesiva, frágil y mortecina.
Hello world!
Hace 2 meses
4 comentarios:
La viste Virtuercita?
Contame de tus emociones
Te mando besos
Vi la película. Me encantó. Coincido con tu modo de verla. Y me gustó mucho tu blog. Un abrazo,
La vi hace unos días. Transmite ese fuego que sólo tienen unos pocos. Vivir y sentir sin especular. Es una expresión de la Europa sufriente de esos años. Es una niña que quiere sobrevivir, nada más. Y no sabe hacerlo sin amar.
Besos, monja.
Y un abrazo y gracias por tu comentario, gatonegro.
Bellísimo el gato de tu blog. Muy bueno lo que escribes.
Vivir y sentir sin especular. ¿Me enseñas?
Quiero sobrevivir, nada más. Y no sé hacerlo.
Besos, maestra.
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