domingo, 28 de febrero de 2010

Soledad Villamil


El aguacero (Canción de la Pampa)
Tango
1931

Como si fuera renegando del Destino
de trenzar leguas y leguas sobre la triste extensión,
va la carreta rechinando en el camino
que parece abrirse al paso de su blanco cascarón.
Cuando chilla la osamenta
señal que viene tormenta...

Un soplo fresco va rizando los potreros
y hacen bulla los horneros anunciando el chaparrón.
Y la pampa es un verde pañuelo,
colgado del cielo,
tendido en el sol.

Como a veces se muestra la vida
sin sombras ni heridas,
sin pena ni amor.
El viento de la cañada
trae gusto a tierra mojada
y en el canto del viejo boyero
parece el pampero
soplar su dolor.

Se ha desatado de repente la tormenta
y es la lluvia una cortina tendida en la inmensidad
mientras los bueyes, en la senda polvorienta,
dan soplidos de contento como con ganas de andar...
¡Bien haiga el canto del tero
que saluda al aguacero!

Ya no es tan triste la tristeza del camino
y en el pértigo el boyero siente ganas de cantar.
"Langanay, viejo buey, lomo overo,
callado aparcero de un mismo penar,
igual yugo nos ata al camino...
¡Cansado destino
de andar y de andar!"

¿Adónde irás, buey overo
que no te siga el boyero?
Y la pampa es un verde pañuelo,
colgado del cielo, que quiso llorar.

Música: Cátulo Castillo
Letra: José González Castillo

viernes, 19 de febrero de 2010

Ariel Ramírez (1921-2010)

En 1941 Atahualpa Yupanqui vino a la pensión de estudiantes donde yo vivía en Córdoba con mis amigos Raúl y Chonchón Mothe. No sé cómo vino: creo que era conocido de ellos. Yo, por supuesto, me senté al piano y le toqué todo. Me escuchó con mucha atención y en una de esas me dijo: 'Tóquese una zamba'. 'Zambas no sé', le dije. 'Me falta ir al norte para aprender con los guitarreros del lugar. Pienso hacerlo apenas junte unos pesos'. Al día siguiente me mandó a la pensión un pasaje de tren a Jujuy, un billete de diez pesos, la indicación de un hotel donde cobraban dos por día y los nombres de tres personas que podían ayudarme. Le dije chau a LV3, me fui a Jujuy y el primero nomás que llamé me llevó con él a Humahuaca y me instaló en su casa". Era el musicólogo Justiniano Torres Aparicio. Ramírez se quedó un año en su casa y viajó por Tucumán, Salta, Jujuy y Bolivia.
Siempre con el objetivo de seguir aprendiendo los secretos del folclore, también vivió en la región cuyana, sobre todo en Mendoza. "A los pocos días de llegar a Tucumán compuse La tristecita. Cuando la dueña de casa oyó lo que estaba tocando, me dijo: 'Pero qué zamba tan tristecita'. Y así quedó. Cuando Ricordi me la editó sentí la mayor satisfacción de mi carrera". Esa zamba estuvo, en 1946, en el primero de los 21 discos que grabó para la RCA Víctor.


Texto extraído de "La Nación", 19/02/2010

domingo, 14 de febrero de 2010

Carnaval

Evo Morales celebrando frente al Palacio Quemado de La Paz.

domingo, 7 de febrero de 2010

Tomás Eloy Martínez (1934-2010)


Edición especial / Tomás Eloy Martínez (1934-2010)El legado imborrable

Por Pablo De Santis

lanacion.com | ADN Cultura | S?do 6 de febrero de 2010

martes, 2 de febrero de 2010

Anita (2009)


Marcos Carnevale (“Tocar el cielo”, “Elsa y Fred”) cuenta una historia sencilla si se quiere, pero arriesgada en el fondo, ya que, siendo la protagonista una chica con “síndrome de Down” (Alejandra Manzo), y a semejanza del dios caos de la mitología egipcia: Nace el destino de ella y el de los demás con quienes se tropieza.

Acompañan a Alejandra Manzo: Norma Aleandro, Luis Luque, Leonor Manso y Peto Menahem. La música es de Lito Vitale.

Si la idea de una historia protagonizada por una chica con síndrome de Down ya de por sí es arriesgada, mucho más lo es el hecho de hacer coincidir esa condición con una tragedia social de la magnitud y las repercusiones que tuvo la voladura de la AMIA.

Carnevale destacó que, en cierta forma, Anita muestra una “capacidad superior” ya que se adapta a diversas circunstancias y entornos mientras que la gente con supuestas capacidades normales sufre “ataques de pánico” y requiere de “psicoanálisis” para hacer frente a aquello que no comprende.