viernes, 17 de diciembre de 2010

Blake Edwards

Blake Edwards, fallecido anteayer en Santa Monica, California, a los 88 años.

Algunas de sus películas:

Muñequita de lujo (1961), adaptación de la novela Desayuno en Tiffany’s de Truman Capote, que catapultó definitivamente al estrellato a Audrey Hepburn como la voluble y extrovertida Holly Golightly, un personaje pensado originalmente para Marilyn Monroe. La interpretación de “Moon River” por Mrs. Hepburn sin duda fue determinante para que Henry Mancini y Johnny Mercer ganaran el Oscar a la mejor canción.
Días de vino y rosas (1962), sin duda el film más dramático que haya dirigido Edwards, el impiadoso retrato de un alcohólico, magníficamente interpretado por Jack Lemmon, a quien el director alguna vez nombró como su actor favorito.
Cuando en 1963 Edwards se hizo cargo del proyecto de La Pantera Rosa descubrió que su improbable pareja romántica, David Niven y Claudia Cardinale, no funcionaba. Y un personaje secundario, que originalmente iba a estar a cargo de Peter Ustinov y que Edwards asignó a Peter Sellers, pasó a robarse la película entera: había nacido el Inspector Clouseau. “Torpe como Stan Laurel –escribieron Bertrand Tavernier y Jean-Pierre Coursodon en su libro 50 años de cine americano–, presumido como Oliver Hardy, ingenuo como Harry Langdon, obstinado como Buster Keaton y caótico como Jerry Lewis, aparece por primera vez en la pantalla tropezando en la alfombra y haciéndose un lío con un mapamundi, en una escena inimitable”.
La asociación Sellers-Edwards alcanzaría su culminación en La fiesta inolvidable (1968), una obra maestra del humor que detrás de su popularidad imperecedera esconde una formulación cinematográfica muy audaz, en la medida en que se trata de una película casi sin argumento, sostenida por una serie infinita de gags, a cual más gracioso.

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